La NBA presentó el ansiado fin de semana de estrellas en Indianápolis del 16 al 18 de febrero, celebrado en el Gainbridge Fieldhouse. Mac McGlung repitió como ganador del concurso de clavadas, dejando además la única con puntaje perfecto gracias al salto que hizo sobre Shaquille O´Neal con el detalle de pedirle al ex jugador que se pusiera una camiseta con su nombre. Pero el gran ganador del evento fue Damian Lillard, que se coronó por segundo año consecutivo como el ganador de concurso de Triples y además, fue el MVP del Juego de Estrellas.
El marcador final fue Conferencia Este 211-186 Conferencia Oeste, en un regreso al viejo formato de equipos en el que los vencedores no ganaban desde 2014 y vaya forma de regresar. Establecieron récord de puntos, que reposaba en 196 desde el 2016; al descanso ya tenían 100 puntos anotados y el MVP, Damian Lillard, anotó 39 puntos, pero 33 de estos fueron desde la línea de 3.
Lillard ganó una férrea competencia de triples y también brilló en el Juego de Estrellas para llevarse una anécdota de forma individual, ya que desde 1988 ningún jugador había quedado como MVP del juego y también como ganador de alguno de los concursos propios del fin de semana de espectáculo.
Al frente estuvo un descomunal Karl-Anthony Towns, que perdió el concurso de triples y también el MVP, con un amargo sabor ya que anotó 50 puntos en la gran noche, haciéndose hueco en la historia y entre un montón de figuras de más experiencia y sin duda, renombre en este evento que no termina de encantar.
Pese a la gran cantidad de puntos y las jugadas de feria, la crítica va en aumento y en la NBA no hayan la fórmula para encantar de nuevo al público, que sigue demandando “algo más” que grandes nombres enfrentándose en un escenario, eso sí, impresionante con su oferta visual, espectacular cada día.