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James Cameron advirtió sobre los peligros de visitar el Titanic

Hace tan solo unos días se hizo pública la noticia de que la empresa OceanGate Expeditions organizó una expedición hacia el Titanic, el trasatlántico británico que se hundió en 1912 tras chocar con un iceberg. El viaje se realizaría a través del submarino Titán en el que se encontraban 5 personas a bordo. No obstante, lo que parecía ser una buena idea terminó poniendo en riesgo la vida de los tripulantes, cuando la nave perdió toda la comunicación con la superficie.  

Hoy, tras pasar 5 días luego de sumergirse en las profundidades del océano, los familiares de estas personas han perdido la esperanza de encontrar a los individuos con vida, puesto que de acuerdo a las cuentas sacadas, al submarino desaparecido solo le quedaban 24 horas de oxígeno para el miércoles 21 de junio. Y a pesar de que Estados Unidos y Canadá aceleraron sus labores de búsqueda, al parecer solo lograron encontrar restos de los diferentes componentes de la cápsula como si la presión del agua lo hubiese hecho pedazos.

Frente este hecho tan lamentable es inevitable recordar las vivencias del director de la película El Titanic, guionista y productor, James Cameron, quien ha realizado 33 inmersiones en el mítico barco para indagar sobre sus restos. De hecho en una oportunidad confesó que hizo la película más por curiosidad, que por la necesidad de contar una historia de amor.

“Hice 'Titanic' porque quería bucear entre los restos del naufragio, no porque quisiera hacer la película. (…) El Titanic era el Everest de los naufragios y, como buzo, quería hacerlo bien. Cuando supe que otros tipos habían buceado en el Titanic para hacer una película IMAX, dije: 'Haré una película de Hollywood para pagar una expedición y hacer lo mismo'. Me encantó ese primer contacto, y quise más”, expresó en una entrevista a la revista Playboy en el 2009 James Cameron.

Sin embargo, no todas las inmersiones fueron exitosas y color de rosa, en uno de sus libros relató esa experiencia en la que quedó atrapado por más de 16 horas en una corriente de agua que lo llevaba contra la popa del Titanic y le impedía salir a la superficie. Fue una de las vivencias más aterradoras que ha tenido.

No obstante, esto no le quitó su amor por el mar y sus ganas de seguirse sumergiendo en las profundidades. Unos años después dijo a National Geographic tras haberse sumergido 11 mil metros hacia el fondo del mar: “Aquí estoy en el lugar más remoto del planeta Tierra que ha tomado todo este tiempo, energía y tecnología para llegar y me siento como el ser humano más solitario del planeta, completamente aislado de la humanidad, sin posibilidad de rescate en un lugar no ojos humanos jamás han visto”.

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