A pocas semanas del inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024, la controversia vuelve a apoderarse del ecosistema deportivo con Michael Phelps a la cabeza, que junto a Allison Schmitt y el director ejecutivo de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA), Travis Tygart, denunciaron irregularidades y tratos desiguales en la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en los últimos años.
El hecho se dio el pasado martes en Estados Unidos, específicamente en el Congreso, lugar en el que un subcomité escuchó los reclamos y peticiones de Phelps y Schmitt en relación a los exámenes hechos en los procesos olímpicos, poniendo en la palestra la edición de Tokio y la próxima de París.
La acusación va de forma directa a la participación de 11 nadadores que en antes de la cita deportiva en Japón dieron positivo por Trimetazidina, siendo para el momento un grupo de 23 en total. Los atletas pertenecientes a la delegación de China fueron excusados entonces por una “contaminación accidental” proveniente de la comida en un hotel.
La Trimetazidina está asociada directamente al corazón, pero forma parte de las sustancias prohibidas para la justa olímpica y pese a esto, la AMA no fue eficiente bajo el criterio de quien ganó 23 oros olímpicos y 28 medallas en total, siendo el dueño de ambos récords en toda la historia.
"Si seguimos así y dejamos que esto empeore, puede que los Juegos Olímpicos no interesen… Tenemos que responsabilizarles por lo que hacen. Viven en una isla", indicó Phelps, acusando de “inconsistentes” los procesos de evaluación en la AMA, generando frustración en los atletas que se esfuerzan para cumplir con los parámetros y cuidan al máximo cada paso que dan.
Tanto Michael como Allison señalan a la AMA en relación al trato que reciben China y Rusia, apoyados en la información que el New York Times reveló recientemente sobre estos 23 atletas y sus positivos previos a Tokio, que ya dejó un precedente en los competidores y ahora, al tener a 11 de estos nadadores en París, se profundiza el caso.
La noticia fue replicada en medios de todo el mundo al tratarse de Phelps, que en su etapa de atleta activo tuvo también sus complicaciones por temas de sustancias y aprovechó el martes para recordar que mientras él se expuso hasta a 150 pruebas en un año, hay delegaciones que no han superado las 40.
"Competimos duro, seguimos los protocolos y aceptamos nuestras derrotas con gracia, pero no podemos seguir confiando ciegamente en la AMA, una organización que sigue demostrando que es incapaz o no está dispuesta a aplicar sus políticas de forma coherente en todo el mundo”, declaró el estadounidense.
Con el subcomité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes en frente, Allison Schmitt y Michael Phelps fijaron su postura y generaron que se abriera otro debate: el aporte económico. Estados Unidos es uno de los mayores contribuyentes a la AMA y viendo su funcionamiento actual, podrían retirarle un apoyo que supera los 3 millones de dólares.
Para Phelps, “sigue habiendo problemas sistémicos profundamente arraigados que resultan perjudiciales para la integridad del deporte internacional y el derecho de los deportistas a una competición justa, una y otra vez”, pero para Witold Banka, presidente de la AMA, esto tiene otros tintes.
“Las acusaciones están llenas del tipo de retórica emocional y política que ocupa titulares, no son para nada críticas que ayuden a fortalecer el sistema mundial antidopaje”, señaló Banka en un comunicado, respondiendo también al llamado a limitar la contribución económica de Estados Unidos.
“En última instancia, sería más perjudicial para los deportistas estadounidenses, ya que una disminución de la financiación mundial sólo serviría para debilitar el sistema antidopaje en otras partes del mundo donde se encuentran sus competidores”, agregó Witold en el mismo documento.